Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que aspiramos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos, dar un sí que glorifica.
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando fondo
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido
partido hasta mancharse.
Gabriel Celaya
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